Poco a poco, voy adquiriendo conciencia de lo que viene. Pensé que sería más difícil aceptarlo, pero me siento tranquilo. El largo camino que hasta aquí he recorrido, de pronto parece no significar nada, pero al mismo tiempo, parece ser todo al darme cuenta de que es lo único que me queda: El recuerdo de días ya idos.
Y al encontrarse aquí, a un paso del abismo, a unos metros de la desembocadura de un río que simplemente irá a perderse en el mar, confundiendo sus aguas con las de tantos otros ríos, me pregunto una vez más, como tantas veces lo hice, por el sentido de todo lo que ha sido. Y poco a poco, esbozo la respuesta más convincente a la pregunta que con más insistencia me ha perseguido: el sentido, ese tesoro que todo mundo busca, esa razón que explique por qué nos encontramos aquí frente al abismo, frente al mar, caminando lentamente al cadalzo; ese sentido oculto, esa esperanza, ese sueño anhelante de todo ser humano, ese sentido, lo he construido yo. Sí, aquí está ahora que miro hacia atrás y veo mis huellas confusas... Ahí está, en cada huella, en cada paso, en cada movimiento, en cada pensamiento. ¿Que ha sido este largo camino sino un dirigir mi sentido? ¿Que ha sido sino ir construyendo mi propia razón de existir? Y veo que lo que buscaba sin cesar era lo que me impulsaba a buscar... yo mismo lo fuí creando.
Pero ahora estoy ya aquí, al final de mi viaje, consciente de que pronto me habré ido. Y busco dentro de mi alma todo aquello que fuí cosechando, lo que fuí encontrando, lo que fuí creando. Pero sólo hay recuerdos, recuerdos de cosas que ya no son, y que ya jamás serán. Pero están ahí, y son lo que ahora soy yo, son ese sentido que tanto me esforcé por encontrar...
¿Quién soy? Creo que ni aún ahora puedo decirlo... todas las huellas que hay detrás son la marca de un recorrido que pretendía contestar esa pregunta, y son por tanto lo más aproximado a una respuesta. Sólo un momento, un instante lo sabré: En el momento justo en que me encuentre cayendo al abismo, en el momento justo en que las aguas del río alcancen el mar, en ese instante en que me pierda para siempre. En ese momento, y sólo en ese, podré saber lo que soy y lo que fuí, y lo que no seré ya nunca. Un momento de máxima conciencia de mi ser y todo habrá acabado. Y eso que llamo "Mi ser" dejará de existir, y quizá jamás existió. Existió el camino, existió cada paso, existieron las huellas borrosas. Pero eso que es mi ser, existirá solo en ese instante, en esa linea que me separa del olvido eterno, y después se perderá para siempre.
Y de mí sólo quedará por un tiempo el vago recuerdo en la memoria de los hombres, deforme y tergiversado por miles de perspectivas individuales... y después me olvidaran... y aquello que fuí, aquello que construí, solo lo tendré un instante, antes de hundirme en la niebla infinita...